QUILAPAYÚN


Quilapayún (en mapundungun quila=tres, payún=barbas) es una banda chilena de música folclórica, que formó parte de la llamada Nueva Canción Chilena durante la década de 1960 y que sigue vigente a la fecha, teniendo más de 50 años de trayectoria. Quilapayún se encontraba en gira por Europa cuando ocurre el Golpe de Estado de Augusto Pinochet. De hecho, el 15 de septiembre cantaron en el Olympia de París, convirtiéndose en el primer artista chileno que se presenta en tan distinguido escenario. Ocurrido el golpe, permanecen en Francia y comienzan su exilio que se prolongaría de manera indefinida. Rápidamente se vuelven artistas centrales en los actos de solidaridad con la causa socialista chilena y graban nuevos discos de denuncia de la situación del país. Sin embargo, a fines de los ’70 el conjunto reformula su planteamiento entre el arte y la política y, junto con su marginación del Partido Comunista y relación con el pintor surrealista chileno Roberto Matta, levantan su compromiso con “La revolución y las estrellas” que les genera un fuerte desarraigo con la izquierda chilena. En esta segunda etapa en el exilio alcanzan altos grados de desarrollo musical, primero por el trabajo de taller desarrollado al interior del grupo y posteriormente por la colaboración con músicos doctos como Gustavo Becerra, Juan Orrego Salas y la incorporación al grupo del entonces joven compositor chileno Patricio Wang.




Para hacer esta muralla,
tráiganme todas las manos
los negros, sus manos negras
los blancos, sus blancas manos.

Una muralla que vaya
desde la playa hasta el monte
desde el monte hasta la playa,
allá sobre el horizonte.

-¡Tun, tun!
-¿Quién es?
-Una rosa y un clavel...
-¡Abre la muralla!
-¡Tun, tun!
-¿Quién es?
-El sable del coronel...
-¡Cierra la muralla!
-¡Tun, tun!
-¿Quién es?
-La paloma y el laurel...
-¡Abre la muralla!
-¡Tun, tun!
-¿Quién es?
-El gusano y el ciempiés...
-¡Cierra la muralla!
Al corazón del amigo:
abre la muralla;
al veneno y al puñal:
cierra la muralla;
al mirto y la yerbabuena:
abre la muralla;
al diente de la serpiente:
cierra la muralla;
al ruiseñor en la flor:
abre la muralla...

Alcemos una muralla
juntando todas las manos;
los negros, sus manos negras
los blancos, sus blancas manos.

Una muralla que vaya
desde la playa hasta el monte
desde el monte hasta la playa,
allá sobre el horizonte.

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